Espectacular fin de semana de triatlón para la Agrupación Deportiva Samburiel. Un fin de semana de estrellas y astros.
Nuestras estrellas, ésos que son nuestro futuro, promesas de continuidad de un trabajo bien hecho, pequeños triatletas en esencia y siempre campeones en grandeza, esfuerzo y ejemplo. Dirigidos por nuestro trainer de confianza, Rafa, este pasado domingo Marco, Lorenzo, Hugo y Alejandro representaron a la segunda generación de Samburieles, ésa que nos hemos empeñado en gestar y que viene pegando con fuerza. Y es que de tanto ver a sus padres y madres y a los amigos de sus padres y madres haciendo deporte de acá para allá, pues es normal que con su edad les entre el gusanillo de las competiciones. Y como su tasa de aprendizaje es la de una esponja en fase de absorción, pues se fijan y preguntan y, claro, es normal que ya sepan distinguir una bici de carretera de una de contrarreloj, una rueda normal de una lenticular y un casco normal de uno aero. Pequeños campeones en potencia. Pero mejor que eso, pequeños deportistas que aprenden a disfrutar y apreciar los valores y bondades del deporte como forma de vida. Queridos niños, nos quitamos el sombrero ante vosotros. Pero no os olvidéis de lo más importante: esto se hace para divertirse y aprender. La presión, para los mayores.
Y, por supuesto, también los Astros. Con gran luminosidad todos ellos, ocho compañeros participaron en Astromad. Cris Cañete, Fran Cuevas, Rober, Carlitos Guervós, Javi Álamo, Javi Cacaíto, Gorka y David Mozo. Ocho jinetes del firmamento que completaron un triatlón estupendo en un entorno privilegiado. Desde la creación de la A.D. Samburiel y tras picar el anzuelo del triatlón, hemos comentado en numerosas ocasiones las posibilidades que ofrece nuestro entorno para hacer un triatlón de calidad. Pero nadie terminaba de decidirse a hacerlo. Había eventos cercanos, pero ninguno en casa. Hasta Astromad. Y es que nadar en las aguas del embalse del que es tributario el río Samburiel, rodar en bicicleta por nuestra carretera de entreno más habitual, correr por la ribera que conocemos de pasear en familia y acabar en la plaza de nuestro vecino y amigo pueblo de Manzanares no podía escapar a la ilusión y ganas de competir de la familia Samburiel. Si vamos a cualquier sitio de España y de Europa a competir, ¿cómo no al lado de casa? Alguno que no lo pensó, no podía entender que hacía allí haciendo fotos, en vez de estar enfundado en su neopreno dispuesto a darlo todo en el triatlón de su río, del Samburiel. Otros decidieron que ir rodando en bici a la salida tenía un toque de romaticismo que había que añadir a la prueba. Alguno, después de inscrito y tras haber cedido el dorsal, no pudo contenerse y allí estaba animando al ilustre finisher que le sustituía a las siete y media de la mañana. Otros, nerviosos antes de su debut en triatlón y alguno más luciendo galones de subcampeón de Madrid. También, la juventud y la inocencia de nuestro participante más joven y la majestuosidad e ilusión de nuestra única fémina, bien arropada, como debe ser. Y por supuesto, la humildad y compañerismo del que es el mejor exponente de que ser un crack y alejarse de los focos de la fama es posible: ¡cuánto posturero hay por ahí que no le llega ni a la suela del zapato! Todos a lo suyo, pero todos representando al resto de compañeros y amigos de Samburiel.
Todo eso antes de la salida. Respecto a la prueba, pensábamos resumir la experiencia de cada uno, pero, ¡mejor que lo cuenten ellos!
Triatlón Samburiel, estrellas y astros.